Un Paseo por la Rambla...

Caminar por esta verbena popular se convierte en un deleite para los curiosos, que como yo, andamos por ahí nomás mirando; curiosos nacionales e internacionales, diversas lenguas y credos se reúnen día a día en esta fiesta sin fin.
Los domingos, cobra aún mayor alegría. Gente por todos lados, que a veces me impiden el paso, y con un ligero con permiso o de plano un empujoncito me abro paso para mirar los puestos de libros, animales, flores, marroquinería (trabajo de cuero) y visutería que se extienden a ambos lados, de principio a fin del paseo.
Rodeada de Estatuas Vivientes, que por unos céntimos dejan su impábida expresión para darte las gracias. Pintores que reproducen fiel o caricaturezcamente los personajes y sitios de interés. Músicos, mimos, bailarines (qué hace aquí Michael Jackson???) y artistas en general conviven y perviven junto a los rescoldos de quienes aún enarbolan la bandera Hippie.
Cuidado con los Trileros!!. Su famoso ¿dónde quedó la bolita?, todavía hace caer a los ilusos turistas. A la voz de aguas desaparecen . ya viene la policía.
Del lado derecho puedo admirar la Opera de Liceu (reconstruído recientemente tras un incendio). Por el lado izquierdo, la Plaza Sant Jaume cede de la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento. También centro de la otrora ciudad romana de Barcino.
Continuo mi camino, ¿es ese el vocalista de Manu Chau??? Siiiii (mi vida, lucerito sin vela no me hagas sufrir más .). Bueno, a la izquierda se localiza el Barrio Gótico con su imponente catedral (digno de profundizar en otro momento).
Sigo caminado y al lado derecho me topo con el Mercado de la Boquería, uno de los más antiguos y variados de Barcelona. Aquí se ha puesto de moda comer insectos; muchos no se hacen a la idea de los huevos de hormiga y taquitos de chapulín jajajajaja tendrían que pasearse por Actópan Hidalgo (Mx). Pero bien qué le entran a los caracoles ¿no?, por muy elegante que suene su francés nombre, no dejan de ser bichitos rastreros y babosos. Otra de las rarezas que se venden en este mercado, es el aguacate y el tamarindo. Es divertido pasearse por ahí!!
Volvemos a la Rambla, no puedo más y cedo ante la insistencia de este mimo que decide que yo sea el hazmereír de esta tarde (me gusta la atención). A la Izquierda se asoma la Plaza Real, hermana de la Plaza Garibaldi de la Cuidad de México, pero aquí no hay mariachis ni tequila, más bien una rica variedad de palmeras traídas de las Américas en cuya sombra me siento un rato para comer tapas y beber un buen tintorro.
Más adelante (izquierda) esta el Museo de Cera, lo mejor de este sitio es el bar llamado El bosque de las Hadas, por una coca-cola puedo sentarme junto a un riachuelo y platicar con estas criaturas, quienes escondidas por Eva de la vista y reconocimiento de Dios, se quedaron en otro plano, pero aquí ¡estan por todas parte!!! ¿Dónde estoy??? Ejem, ejem .
La Rambla, termina en el Paseo Colón, en donde como su nombre lo dice, se hiergue el altísimo monumento (mirardor) del descubridor de las Indias.. ah no!!! América!!!! jeje. Señalando con su dedo a la tierra que lo recibiera en 1492. Es lindo subirse y tratar de ver el hogar Pero si se ve clarito!!! Ahí esta, ahí esta viendo pasar el tiempo (uy no! no es Madrid ni la Puerta de Alcaclá).
El Mar Mediterráneo se abre majestuoso y tan añejo, qué distinto se miran las cosas de éste lado, se añoran y agradecen. Yo, por más que admire a Serrat, no he nacido en el Mediterráneo, pero hoy desde aquí despliego mis alas confiando en llegar a buen puerto
Earween*
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